La princesa y Sant Jordi

 
Que terrible y enorme
dragón, que con su aliento
a todo ser que a él
se acercaba lo mataba.

De tierras muy lejanas
un caballero con armadura
brillante apareció; su bello
y gran norme es Sant Jordi.

A rescatar la princesa 
fue de las feroces garras
de un terrible dragón
que tanto la atormentaba.

Con su espada al dragón
atravesó y con su rojiza
sangre una rosa se creó
y a la princesa entregó.

Después de tal hazaña
conseguida una pedida
de mano vestida de amor
y cariñó entre ellos hubo.

Imagen extraída de El País

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