Sangrienta perpetuidad
Oscuro y enigmático
lecho del cuál, entre rebeldes
sábanas rojizas gotas
de sangre caían sin cesar.
Vacío de todo dolor por
el día se yacen, pero cuándo
llega la noche entre lienzos
la eternidad navega.
Sobre nuestros pálidos
cuerpos la marca de nuestros
colmillos, que desbocados
su sed iban saciando.
Rodeados de negruzcos
pétalos de rosas la luna
llena testigo es de toda
aquella gélida perpetuidad.
Permitámonos bajo el oscuro
manto guarde tal sangriento
instante de predilección,
de deseos y de pasiones.
Imagen extraída de Free JPG

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